En medio del avance de las políticas del Banco Mundial implementadas por quienes para lograr una ciencia excelente pero pequeña desprestigiaban al CONICET, consideré que se hacía necesario medir la eficiencia del sector científico argentino.
Ahora bien, no sólo mido la eficiencia: también destruyo el afincado mito cientificista que pretende que la Argentina gasta mal sus recursos en ciencia y tecnología. Por supuesto que no ignoraba que una parte de los recursos económicos era desviada por las autoridades de turno hacia oscuros objetivos. Esto lo he puesto de manifiesto en reiteradas oportunidades en mi doble condición de Presidente de la Asociación Física Argentina y cofundador de la Mesa de Enlace del Sector Científico y Tecnológico. Sin embargo, en este trabajo, no me detengo a analizar esos aspectos para poder avanza hacia la demostración de que, a pesar de todos los pesares, el sector científico argentino ha mantenido hasta ahora un razonable nivel de eficiencia.
!Ese es tambien mi objetivo actual!
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